En un contexto de profundas transformaciones educativas, el Ministerio de Educación (MINEDUC) y la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) han sellado una alianza estratégica sin precedentes. El objetivo: avanzar hacia comunidades educativas inclusivas, donde cada niño, niña y joven del país pueda desarrollar su trayectoria educativa en espacios seguros, respetuosos y diversos.
Este convenio no solo responde al cumplimiento de la Ley N° 21.545, que promueve la inclusión y protección de estudiantes autistas, sino que apunta a un cambio estructural en la cultura escolar. En palabras del relato político que dio inicio a la jornada de firma del acuerdo, “en el Chile de hoy, avanzar hacia comunidades educativas inclusivas no es sólo una exigencia normativa: es una urgencia ética y política”.
Formación para el Cambio: Cursos y Acompañamiento en Terreno
Como parte del convenio, se diseñó una robusta estrategia de formación que combina modalidades presenciales y virtuales, alineada con una mirada territorial que busca llegar a cada rincón del país.
Entre los cursos que se impartirán entre 2025 y 2026, destacan:
- “Avanzando hacia comunidades educativas inclusivas”: Disponible desde agosto 2025 de forma online y presencial.
- “Corregulación emocional y gestión de situaciones desafiantes”: También disponible desde agosto 2025, online y presencial.
- “Bienestar y salud laboral”: Se impartirá durante el primer semestre de 2026.
- “Comunidades educativas inclusivas”: Programado para el segundo semestre de 2026.
Estos cursos forman parte de la oferta formativa de la ACHS, abierta a todas las comunidades educativas del país, especialmente a aquellas que ya cuentan con convenio con la institución. La modalidad presencial estará enfocada territorialmente, atendiendo a las realidades específicas de cada región.
Prevención y Apoyo Técnico: Una Red de 500 Expertos al Servicio de la Inclusión
Uno de los pilares del acuerdo es el acompañamiento preventivo por parte de un equipo especializado de la ACHS. Más de 500 expertos estarán disponibles a lo largo del país para brindar asesoría técnica a las comunidades escolares, asegurando el cumplimiento normativo y fortaleciendo sus capacidades institucionales.
Este equipo no solo ofrecerá apoyo en terreno, sino que también contará con una pauta de verificación que permitirá a los establecimientos monitorear el avance en sus estrategias de inclusión y detectar áreas de mejora.
La formación de estos expertos incluirá los principios y exigencias de la Ley N° 21.545 y la Circular N° 586 de la Superintendencia de Educación, garantizando un acompañamiento alineado con la normativa vigente y con altos estándares técnicos.
La Educación como Imperativo Ético
Más allá de las acciones concretas, este convenio se inscribe en una transformación de fondo: el tránsito desde una educación basada en el diagnóstico individual a una que reconoce que las principales barreras al aprendizaje se encuentran en el entorno. Un cambio que interpela directamente a sostenedores, directivos, docentes, familias y estudiantes.
Implementar adecuadamente los Planes de Acompañamiento Emocional y Conductual (PAEC) y protocolos ante desregulaciones emocionales y conductuales ya no puede entenderse como un conjunto de acciones aisladas, sino como parte de una estrategia integral de convivencia educativa.
En esta línea, la Política Nacional de Convivencia Educativa 2024–2030 será clave: con un enfoque ético y formativo, pone la convivencia al centro del quehacer educativo, recordándonos que esta “no es una función delegable ni secundaria, sino el núcleo vivo de toda comunidad”.
Un Compromiso Nacional por la Justicia Educativa
El convenio entre el MINEDUC y la ACHS constituye un paso decidido hacia una educación más equitativa, inclusiva y justa. Es, al mismo tiempo, una herramienta técnica y una declaración política: construir comunidades inclusivas no es opcional, es una responsabilidad del Estado y una tarea compartida por toda la sociedad.
En un país donde la diversidad es la regla y no la excepción, sólo mediante una colaboración sostenida entre todos los actores del sistema podremos garantizar que cada escuela sea un espacio de pertenencia, dignidad y desarrollo integral para cada estudiante.
Porque convivir se aprende. Y la inclusión no espera.