En una jornada marcada por la participación, el diálogo y el compromiso con el desarrollo integral de las y los jóvenes, el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social y Familia y la Seremi de Educación de Atacama, visitó el Liceo José Antonio Carvajal para compartir con su comunidad educativa las diversas iniciativas y programas que se impulsarán durante el año 2025.
Erika Portilla Barrios, directora regional del INJUV, encabezó la actividad destacando la importancia de acercar el Estado a las juventudes. “Vinimos a dar a conocer la oferta programática del Instituto, los principales hitos del año 2024 y lo que proyectamos para 2025. También conversamos sobre la onceava Encuesta Nacional de Juventudes, que se está llevando a cabo este año, e invitamos a confiar en sus encuestadores, ya que esta información es clave para diagnosticar el estado de las juventudes en nuestro país”, indicó.
Durante la visita, los estudiantes del liceo participaron activamente con presentaciones culturales y lecturas en el marco del Mes del Libro, reforzando así el carácter acogedor y participativo del encuentro. “Esta es una actividad segura, donde los jóvenes conocen programas como Hablemos de Todo y Compromiso Joven. Además, se fortalecen los lazos entre instituciones públicas y un liceo tan emblemático de la región. Es emocionante ver cómo los estudiantes ya reconocen al INJUV como un espacio seguro”, agregó Portilla Barrios.
Por su parte, el seremi de Educación, Pablo Selles, valoró la instancia y subrayó el desafío que el Estado y la sociedad tienen con las nuevas generaciones: “Las juventudes, a pesar de estar hiperconectadas, se sienten más solas que nunca. Se sienten incomprendidas. Tenemos que desarrollar estrategias conjuntas para acompañarlas. El joven que está en el sistema educativo también es vecino, deportista, voluntario. Y cuando las juventudes se activan, Chile se activa y le va mejor”, señaló.
La jornada dejó en evidencia la necesidad de seguir construyendo espacios de encuentro y reconocimiento para las juventudes, impulsando un trabajo articulado entre el Estado, las comunidades educativas y las propias juventudes. Actividades como esta no solo visibilizan la oferta institucional, sino que también generan confianza, pertenencia y sentido colectivo